Una historia que empezó en 2020: un sueño simple y las ganas puras de hacer lo que amamos.
Desde entonces, cada paso fue una declaración. Caídas, aprendizajes, victorias, y un mismo pulso que nunca se apagó.
Lo recorrido fue intenso, real, imperfecto y hermoso.
Y lo que viene... no está escrito. Pero es justamente eso lo que lo hace infinito.
Seguimos impulsados por la misma chispa: crear sin pedir permiso, desafiar lo establecido, vivir con propósito y dejar huella.
Gracias.
El equipo Runfla